Film nº 35, agosto de 1998

Malón. El poder de la justicia, Ken Loach: Ciclos de cine para agosto: Libros; The Terror of Tiny Town y un par de sites pertinentes, p. 6.

Murnau, Sunrise. El clásico mudo Amanecer ha sido restaurado para su edición en láser disc. Rescata Fernando Martín Peña, p. 17.

David Lynch. Después de demasiado tiempo se anuncia el estreno de Lost Highway o Carretera Perdida, el último film de Lynch. Se le anima Elvio E. Gandolfo, p. 20.

Quentin Tarantino. Astuto, el pibe del videoclub vuelve al ruedo con un decidido bajo perfil: Jackie Brown ya está entre nosotros, como lo verifica Fernando Chiappussi, p. 22.

Godzilla. Ya lo dijo Axel Kuschevatzky: “es un monstruo grande y pisa fuerte”. El ilustre precedente japonés del nuevo lagarto norteamericano era mucho menos trucho de lo que recordábamos, según demuestra Fabio Blanco, mientras Diego Vila se pregunta qué hará Godzilla en internet, p. 26.

Dossier: Cine y series. Mientras Antonio Banderas saca músculos que Guy Williams nunca tuvo y Urna Thurman se calza el traje de cuero de Emma Peel, este dossier retrocede en el tiempo en busca de la época en la que íbamos por la vida felices e indocumentados. Los Vengadores, Misión Imposible, Superagente 86, Los locos Addams, El agente de CIPOL. Batman y otras víctimas de recientes o pasadas actualizaciones son revisadas por Diego Curubeto, María Eugenia Lara, Fernando Martín Peña y Laura Tusi. Además el indispensable rol del productor de series es analizado por Elvio E. Gandolfo, mientras Osvaldo Aguirre traza las múltiples líneas necesarias para unir historieta, cine y TV, p. 34.

Revistas. Es curioso, pero en los Estados Unidos hay casi tantas revistas de cine como en Buenos Aires. Fernando Chiappussi va al kiosco y establece distintos perfiles, p. 56.

Clásicos Nativos. El cable ha rescatado Los Torturados de Alberto DuBois, un extraño film del inmediato postperonismo. Daniel López investiga, p. 60.

Cable. Cine y series para agosto, p. 62.

Última página. Noticias de SICA y algunas cuestiones sobre ese Buenos Aires que no duerme pero come vidrio, p. 66.